miércoles, 15 de julio de 2015

El azul ultramar: El pigmento más caro que el oro


Miguel Ángel no podía permitirse el lujo de conseguir el azul ultramar. Su pintura "El Santo Entierro", se quedó sin terminar, al no poder conseguir el preciado pigmento. Rafael reservaba el azul ultramar para su capa final de pintura, prefiriendo para sus capas de base una azurita común. Vermeer sumió a su su familia en una deuda por ese pigmento. Es el azul superlativo, el azul a la que todos los demás azules aspiran.

Michelangelo Buonarroti 045.jpg
Santo Entierro  MIGUEL ANGEL  FUENTE

Derivado de la piedra lapislázuli, el pigmento se considera más valioso que el oro. Durante siglos, la única fuente de "azul ultramar" era una franja árida montañosa en el norte de Afganistán. El proceso de extracción consistía en moler la piedra consiguiendo un polvo fino, con este polvo se llenaba unos depósitos con cera fundida, aceites, y resina de pino. Se terminaba amasando el producto en una solución de lejía diluida. Debido a sus costos prohibitivos, el color fue tradicionalmente restringido en la pintura a las vestiduras de las imágenes de Cristo o de la Virgen María. Pintores europeos dependían de mecenas ricos para financiar su compra. Otros artistas menos escrupulosos eran conocidos por cambiar el azul ultramarinos por añil y embolsarse la diferencia. Si eran descubiertos, la estafa dejaba su reputación arruinada.

Lapizlázuli  FUENTE

En 1824, la Societé d'Fomento ofreció una recompensa de seis mil francos a cualquiera que pudiera desarrollar una alternativa sintética al azul ultramar. Dos aspirantes al premio, Jean-Baptiste Guimet, un químico francés, y Christian Gmelin, un profesor alemán de la Universidad de Tübingen se presentaron. El premio fue ferozmente disputado.

Gmelin afirmó que había llegado a una solución un año antes, pero había esperado a publicar sus resultados. Guimet respondido declarando que él había concebido su fórmula dos años antes, pero-como-Gmelin había optado por no dar a conocer sus conclusiones. El comité le dió el premio a Guimet, para gran disgusto de la alta burguesía alemana, y el azul artificial se conocería como "azul ultramar francés."

FUENTE

El "ultramar francés", debido a su falta de inclusiones minerales, cuenta con un tono más rico que su predecesor. El mejor ultramarino natural, está plagado de minerales raros: calcita, pirita, augita, mica. Estos depósitos hacen que la luz se refracte y se transmite sutilmente de diferentes maneras. No hay dos trazos de pintura iguales.

Vía: The Paris Review


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