viernes, 12 de febrero de 2016

El "Schindler" japonés


Aunque Japón fue una de las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, un diplomático japonés hizo todo lo posible para mitigar los horrores de uno de los aliados de su país, la Alemania nazi. Antes de que terminara la guerra, salvó a miles de judíos de los campos de concentración.

Chiune Sugihara era un diplomático su primer destino fue en Harbin, China en la década de 1930 como vicecanciller del Japón. Allí aprendió alemán y ruso. A pesar de una carrera prometedora, renunció a su cargo en protesta por la forma en que su país trataba a los chinos. Debido a su experiencia y habilidades lingüísticas, fue reasignado en 1939  en Kaunas, Lituania como vicecónsul; aunque su verdadero trabajo era informar sobre los movimientos de los alemanes y soviéticos. Japón nunca confió en uno u otro país, por lo que Sugihara también mantuvo lazos con la inteligencia polaca.


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Chiune Sugihara  FUENTE

Después de la invasión soviética de Lituania el 15 de junio de 1940, el consulado japonés comenzó a ser desmantelado, puesto que ya tenían una embajada en Rusia. Sugihara y su familia se preparaban para viajar a Berlín donde Sugihara había sido destinado, cuando recibió una visita inusual en la mañana del 27 de julio. En Lituania casi nadie solicitaba visas japonesas, por lo que el personal del consulado se sorprendió al encontrar cerca de 200 hombres, mujeres y niños congregados a las puertas del consulado. Sugihara les pidió que escogieran cinco representantes para reunirse con él. Su líder era Zerach Warhaftig, quien explicó que en su mayoría eran judíos polacos y lituanos atrapado en el país a causa de la ocupación soviética. Todos estaban tratando de llegar a Curazao (entonces una colonia holandesa) ya que no exigía visado para la entrada en la colonia, pero para salir de Lituania, necesitaban un visado de tránsito. Desafortunadamente, pocos países eran comprensivos con esa petición. Tampoco lo era Japón.

Aunque Alemania había pedido a Japón que adoptara políticas antisemitas, la mayor parte de los japoneses no sabían lo que era un judío. Japón exigía lo mismo para cualquier solicitante de visado: Tiempo, papeleo, y dinero. La mayoría de los congregados en el consulado no tenían ni tiempo, ni papeles ni dinero. No estaban interesados ​​en llegar a Japón. Sólo necesitaban documentos oficiales que les permitieran salir de Lituania. En los días posteriores el vicecónsul solicitó tres veces a sus superiores en Tokio un permiso especial para los solicitantes teniendo en cuenta sus circunstancias, pero la respuesta era siempre "no".

Former Japanese Consulate in Kaunas where Sugihara lived and issued his visas
Consulado japonés en Kaunas en tiempos de Sugihara  FUENTE

Dado que aproximadamente un tercio de la población urbana de Lituania era judía, la multitud frente al consulado continuó creciendo. A pesar de las amenazas, Sugihara decidió desobedecer a Tokio. Comenzó a escribir visados ​​de tránsito de 10 días a Japón. Negoció con los funcionarios soviéticos para que los portadores de estas visas pudieran salir del país en el ferrocarril transiberiano. Esto les permitiría llegar a Vladivostok, y desde allí, a Kobe, Japón. Sugihara pasaba de 16 a 18 horas al día escribiendo a mano los visados, sin preocuparse de que más de la mitad de los solicitantes no tenían ni pasaporte. Para éstos, tomó hojas de papel en blanco, estampando el sello del consulado, su firma y un permiso para ellos.

El número de los solicitantes de visas crecía. Moisés Zupnik, líder de la Yeshiva Mir (escuela de estudios de textos sagrados) de Kaunas,  pidió visados ​​de tránsito para los 300 miembros de la misma. Sugihara pidió a sus superiores poder permanecer en Lituania más tiempo, pero no sirvió de nada. En agosto, los soviéticos ordenaron el cierre del Consulado. La familia se trasladó al Hotel Metropolis, donde Sugihara continuó redactando visas.

El 4 de septiembre, Sugihara y su familia se dirigieron a la estación de tren de Kaunas había sido trasladado a Konigsberg. Sugihara siguió redactando visados en el interior de su vagón, lanzándolos por la ventana a la multitud desesperada que se reunía en la plataforma. Cuando el tren salió, un hombre corrió tras él. Sugihara se asomó y le entregó el sello del consulado, diciendo: "Por favor, perdónarme. No puedo escribir más ". Había escrito a mano más de 2.000 visados, aunque los registros japoneses muestran que en el período que estaba en Kaunas, se emitieron 5.580 visados ​​de tránsito.

Una de las visas de tránsito redactadas por Sugihara  FUENTE

Sugihara estaba en Bucarest, Rumania, en 1942, cuando los soviéticos detuvieron a él y su familia como ciudadano de una nación enemiga. Fueron liberados de un campo de prisioneros en 1946. De vuelta a Japón, Sugihara fue destituido en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Tuvo que aceptar trabajos de baja categoría, incluyendo vender bombillas de puerta a puerta.

Jehoshua Nishri, un adolescente polaco en la década de los 40 que llegó a Israel gracias al visado de tránsito de Sugihara, trabajaba en 1968 como agregado económico de la Embajada de Israel en Tokio. Allí indagó y logró localizar a su benefactor y lo ayudó, al año siguiente viajó a Israel. En 1985, Israel consideró a Sugihara como "Justos entre las Naciones". Sugihara murió al año siguiente.

En 2013 se calculó que Sugihara podría haber salvado a 6.000 personas. El 4 de septiembre de 2015, placas conmemorativas fueron colocadas sobre el Metropolis Hotel y la estación de Kaunas.






Vía: War History Online


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